La carta de Hebe al juez: "Desde 1977 padezco las agresiones de la mal llamada justicia"
La titular de Madres de Plaza de Mayo no se presentó a declarar en persona, sino que entregó un escrito al juez Martínez de Giorgi, quien lleva adelante la causa por el programa Sueños Compartidos. En la misiva, Hebe arremetió contra el accionar de los magistrados, los ataques a las Madres y "la burla" que sufren "en carne propia".
Hebe de Bonafini no se presentó a declarar. Por el contrario, entregó a Marcelo Martínez de Giorgi una carta contundente donde critica el accionar de los jueces desde la última Dictadura Militar hasta estos días, y los reiterados ataques que sufrieron las Madres de Plaza de Mayo.
La titular de Madres estaba citada a declarar por la causa en la que se investiga la malversación de fondos en el plan de viviendas 'Sueños Compartidos', que tuvo a Sergio Schoklender en la mira hace varios años.
Justamente, en la carta, a activista social ennumera las pruebas que voluntariamente entregaron desde la organización a la Justicia, luego del Caso Schoklender. Pero, sentenció: "Ni siquiera leyeron algo de lo aportado".
El escrito comienza: "Desde el año 1977, más precisamente el día 8 de Febrero de ese año, vengo padeciendo las agresiones de la mal llamada justicia, implementada por jueces de la Nación". Y a partir de ahí, Bonafini hace una crónica resumida de los "ataques" que tuvieron que sufrir por parte de los diferentes magistrados a lo largo de la historia.
Lee la carta completa:
"Que desde el año 1977, más precisamente el día 8 de Febrero de ese año, vengo padeciendo las agresiones de la mal llamada justicia, implementada por jueces de la Nación. En ese momento empezó mi calvario, hice 168 presentaciones por mi hijo Jorge, luego en conjunto reclame por mi otro hijo Raúl, que fue desaparecido en diciembre del mismo año, en una constante peregrinación por los juzgados, siempre padecí las mismas injusticias, las mismas agresiones. Luego en mayo de 1978, desapareció también mi nuera María Elena, nada cambio.
Siempre la misma ignominia, la misma indiferencia, yo sentía como la denominada justicia era cómplice de los asesinos militares y marinos. Una justicia sin solidaridad, sin sentir por los otros, sin sufrir por ellos.
Después de un tiempo en el año 2001, más precisamente un 25 de mayo, a mi hija María Alejandra que se encontraba sola en mi casa, mientras yo estaba de viaje, la torturaron casi hasta matarla. Y allí otra vez mi peregrinación para ver si encontraba algún juez que nos muestre el valor de la Justicia, y que esta existía, pero otra vez la burla y la sin razón.
Y llegó el caso Schoklender, allí las madres con gran esfuerzo aportamos voluntariamente 60 cajas con pruebas, junto con 40 backup, y otros elementos más, primero a Oyarbide y después a ud. que ni siquiera leyeron algo de lo aportado.
Asistimos cuantas veces nos llamaron a declarar, hicimos pericias de las firmas que constataron que no eran mías, siempre a disposición por la verdad, incluso hace unos meses asistí voluntariamente a su despacho para informarme ante la indigna marcha de la causa.
Y otra vez sufrimos en carne propia la burla, que nos castiga a todas, ancianas de 85 a 90 años, y nos condena a pagar las deudas, injustas y ajenas.
Las madres siempre vamos a defender los valores de solidaridad social, extender las manos a los vulnerados, por sus sueños, en este tiempo y en los que vendrán. Y vamos a luchar para que alguna vez nos enfrentemos con jueces probos que nos ayuden a sentir en nuestros cuerpos el valor de la Justicia."