La economía argentina y Donald Trump
Respecto de Obamacare…”Le dije (a Obama) que miraré sus sugerencias y por respeto, lo haré”, comentó el presidente electo”. Y, lo mismo hará con todos los comportamientos que respetan las exigencias de quienes son mayoría, aunque no vayan a votar. Las demandas de la sociedad y los temas científicos son dos cosas diferentes. Según Delsol[1] el termino “populismo” es un insulto, hace mención a aquellos movimientos compuestos por gente idiota. Idiota en su doble acepción: Moderna, un espíritu entupido; antigua, un espíritu engreído por sus propias particularidades. La Doctora piensa que es raro definir a una corriente política por su imbecilidad viviendo en democracia, pluralismo y tolerancia. Que curioso, ahora el populismo conservador conllevará la misma hostilidad que toleró el populismo progresista. -¿Podrá transigir su histórica intolerancia?- Delsol recuerda que los primeros populistas fueron tiranos griegos que mantenían una complicidad enardecida y deletérea con la muchedumbre que los llevaba al poder. El tirano adulaba y la concentración lo loaba.
En aquella época las ciudades estaban gobernadas por oligarquías que asumían sus cargos jurando: “Seré el adversario del pueblo…”. En cambio los tiranos que se mostraban rudos ante un ciudadano sin educación, prometían reformas, maltrataban a los financistas, eliminaban a las elites o gobernaban contra ellas. Me atrapa Delsol cuando se pregunta: -¿Porque hay que considerar catastrófico el hecho que un hombre inculto se incline hacia las miserias del pueblo?-. Evoca que no es el “idiotez”-hombre entregado a lo particular-el que ha cambiado, sino lo universal con lo cual se compara.
La economía mundial quedo estupefacta con el triunfo de Trump, cuando venia observando apenas un modesto crecimiento, pese al uso denodado de estímulos monetarios no convencionales, desde la crisis de Lehman Brothers. A partir de entonces se han llevado las tasas de interés a niveles cercanos y debajo de cero, en términos nominales.
Comenzando con el semestre trágico (último trimestre de 2008 y primer trimestre de 2009), tuvimos la desaceleración del crecimiento, el rebalanceo de China, el fin del boom de las commodities y, el aumento del proteccionismo. Todo esto ya era suficiente para poner la economía argentina a prueba, pero ahora llegará Trump. Y, lo hará con caída de la productividad mundial, exceso de ahorro, inflación bajísima con riesgo de deflación en países desarrollados, carencia de dinamismo del comercio mundial (la tasa de crecimiento desde el promedio 2004/2007-9%- a 2015/2016 cayo a casi una quinta parte-2%-), en un contexto donde titubea el proceso de globalización, Brexit y proteccionismo mediante.
En EE.UU. la tasa nominal de los Bonos del Tesoro a 10 años es de 1.80%. Los bancos centrales aplicaron políticas extravagantes para estimular la demanda agregada cuando la tasa de interés seguía cayendo, pronto con Trump pueden subir los tipos de interés.
China experimenta un cambio estructural, no una desaceleración cíclica, en los primeros 9 meses de 2016 el 70% de su crecimiento está explicado por el consumo, pasando de una economía de inversión y exportaciones a una de consumo y gasto publico.
Brasil sigue flojo, con lo cual no se puede ir al encuentro del sector externo neto de Argentina por esas avenidas. -¿Devaluamos para que las exportaciones netas del país despeguen?- La respuesta es Si, pero no aceleran y serán negativas en 2017. Además en Argentina se ha elegido una política fiscal expansiva financiada con una costosa y amplificada deuda externa e interna. En términos ortodoxos, la política fiscal se contradice con la política monetaria de metas de inflación que implica tasas de interés reales positivas para bajar la inflación. Además esta ensalada de política económica por ahora, genera atraso cambiario, malo para las inversiones y el complejo sojero.
Momentáneamente podemos seguir con endeudamiento adicional, pero a tasas más caras que anterior a Trump. Lamentablemente, el contexto de sobrante de dinero en el mundo sigue encontrando en Argentina un país que arranca 2016 con bajísimo endeudamiento y ansias desesperadas de pedir prestado. En el mundo hay alrededor de 11 billones de dólares invertidos en bonos de “países serios” a tasas negativas (perdiendo dinero), por eso los fondos de inversión buscan urgentemente papeles con ganancias. Necesitan promediar sus empañadas inversiones financieras en los libros. Para sobrevivir-como el que tiene dinero de sobra lo presta pagando al que lo recibe-, esta situación mundial origina una búsqueda impaciente de ganancias y, eventualmente conduce a subestimar los riesgos del prestamista. También ayuda transitoriamente a un gobierno que no parece tener reparos en pagar altísimas tasas de interés y seguir endeudando al país hasta 2019, cuando verdaderamente quedaría una “pesada herencia”.
Desenlace anunciado:
Una trama de abundante liquidez externa y bajas tasas de interés ha sido favorable para muchos, aunque NO para la Argentina que habiendo cancelado la deuda con los fondos buitres, siguió pagando tasas altísimas. Con Trump podría regresar “la aspiradora mundial de capitales”, así desde 2018 las tasas para nuestro país serían imposibles de afrontar sin un ajuste brutal. Los mercados globales siguen orientados a financiarnos, solo por la híper liquidez mundial, las tasas negativas y la búsqueda desesperada de mayor rentabilidad. Cuando asuma Trump, las cosas podrían cambiar, el empresario no es un científico o investigador político que se fundamenta en una lógica. Inclusive muchos creen que esas cuestiones son una perdida de tiempo. Es un hombre de negocios pragmático que como tal, se basa en su propia experiencia y, los únicos principios que emplea son los que “a su juicio” considera evidentes.
[1] Chantal Delsol: intelectual francesa, directora del Instituto Hannah Arendt, entre muchas otras distinciones. Lectura de “Populismos” una defensa de lo indefendible, , 2015, Ed. Paidos