Alemania reconoció el genocidio armenio y desató la furia de Turquía, un aliado clave
Mientras en Berlín Ángela Merkel intenta mantener una relación especial con Ankara, como territorio para frenar el ingreso masivo de inmigrantes a Europa, el parlamento alemán asestó un duro golpe al afirmar que en 1915 el imperio otomano masacró sistemáticamente a los armenios.
Todos los diputados del Bundestag, a excepción de un voto negativo y una abstención, apoyaron la resolución en la que Alemania reconoce que tuvo lugar, en 1915, un genocidio del pueblo armenio.
Desde Ankara, el gobierno turco convocó inmediatamente a su embajador en Berlín y aseguraron que la medida "influirá seriamente" en las relaciones bilaterales; en especial en lo que compete a la crisis de refugiados y la diplomacia que venía manejando hasta el momento Alemania con Turquía, que busca afianzarse y entrar definitivamente en la Unión Europea.
"Nuestra intención no es sentar a Turquía en el banquillo de los acusados, sino decir que una reconciliación sólo es posible si se llama a los hechos por su nombre", argumentó Volker Kauder, jefe parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU).
En el texto aprobado por el Parlamento puede leerse la palabra genocidio mientras se destaca y rechaza la complicidad del Imperio alemán que no intentó frenar la masacre étnica del pueblo armenio; pese a ser aliado del Imperio otomano cuando ocurrían los hechos hace más de un siglo.
La resolución impulsada por el partido opositor Los Verdes fue consensuada con las tres fuerzas que forman el Gobierno: la CDU de Merkel, su versión bávara (CSU) y los socialdemócratas (SPD). Merkel intentó bajar las tensiones señalando que ambos países están unidos por "muchas cosas"; aunque la preocupación es visible cuando Turquía se presenta como una pieza clave en la crisis de refugiados.