El Conicet sigue tomado en varias de sus sedes en protesta por los recortes presupuestarios en el área que está dejando sin becas a unos 500 científicos. Ante la falta de respuestas decidieron extender la toma por tiempo indeterminado y ante la posibilidad de pasar ahí la Navidad ya armaron el arbolito.

COMUNICADO DE LOS “500”

Somos los 500, desperdigados por todo el país, algunos incluso haciendo en la actualidad estancias en el exterior (sí señor Ministro, salimos afuera como usted quiere, pero para volver a nuestro país).

Este hecho, que estemos en muy diversos lugares, hace que no todos estemos aquí en cuerpo presente, pero estamos.

Lo primero es que queremos agradecer profundamente y de corazón a todos los que nos han estado apoyando y bancando.

Primero y muy especialmente a las agrupaciones, que han puesto, literalmente, el cuerpo en esta toma, quienes nos animan a cantar, a gritar, a alzar nuestra voz. Quienes se quedan a dormir, quienes suben a las reuniones con las autoridades del ministerio. Gracias, gracias, infinitas gracias.

También a toda la comunidad científica que ha sentido esta injusticia que estamos viviendo como una injusticia no sólo contra nosotros, sino contra la comunidad en su conjunto. A quienes han manifestado su apoyo, a quienes han venido, a quienes con mayor experiencia nos han aconsejado y acompañado. Gracias a nuestros maestros, quienes además de enseñarnos a investigar, nos están enseñando que nuestra lucha es importante y que es importante defender a la ciencia.

Y finalmente queremos agradecer a la sociedad, que en su conjunto nos ha estado acompañando. Nunca imaginamos que la situación de injusticia con 500 científicos jóvenes iba a despertar tanta solidaridad de tantos sectores. Desde reconocidos organismos y personalidades de derechos humanos, hasta los autos que pasan y nos tocan bocina, y las personas que vienen solidariamente a traernos comida, a darnos su apoyo, a darnos su aliento. Gracias por creer como nosotros que el pensamiento y la ciencia valen la pena. Gracias por hacernos sentir y saber que nos quieren aquí. 

Todos han conmovido profundamente nuestros corazones hasta un punto que no podemos expresar con palabras. Pero también, e igual de importante, nos han ayudado a pensar, en medio de esta situación en la que a algunos nos resulta muy difícil hacerlo. 

Con todo lo anterior, creemos como dice un filósofo, que no podemos ser indignos de lo que nos sucede. Como dijo alguna de las personas que habló en alguna de las asambleas, esta lucha representa, sí, el objetivo concreto del ingreso de todos los recomendados al Conicet, pero también representa una lucha más amplia. Una lucha por la dignidad.

Por lo anterior, consideramos inviable aceptar la última propuesta del ministerio, y queremos explicar nuestras razones, ya que eso hace parte de nuestro ser: argumentar y respaldar lo que pensamos:

-Es inviable, primero, porque es un intento por fragmentarnos en categorías, que gracias a lo que ha sucedido, hemos podido ir reduciendo: somos los 500 y no aceptamos soluciones que no nos incluyan a todos. No aceptamos que se incluya a los “actuales becarios” pero se deje por fuera a los que “no son de Conicet” (que por cierto ¿de dónde más creen que salimos?).

-Es inviable porque las universidades, como es de público conocimiento, se encuentran en una situación económica lamentable. Este año la Universidad de Buenos Aires estuvo penando porque no tenía con qué pagar la luz. La Universidad Arturo Jauretche no tiene cómo llegar a fin de año económicamente, a pesar de que claramente la sociedad la demanda, con una matrícula cada vez mayor de alumnos.

- También es inviable porque no vemos a ningún rector ni consejo directivo avalando lo que dice el ministerio, sin agregar que tan solución pondría en una situación precaria a quienes se acogieran a la misma (con cargos interinos posibles de ser desechados en cualquier momento, como ya nos lo enseña la experiencia de los años 90s).

Por todo esto, nuestra contra-propuesta al ministro es la que venimos planteando desde hace cuatro días, no por capricho o testarudez, sino porque es la que es justa. Nos presentamos a un concurso junto con muchas personas más, y fuimos recomendados, es decir, cumplimos con todos los requisitos. Cumplimos con las reglas del juego. Cumplir con las reglas del juego, señor ministro y señor presidente, es lo que ustedes llaman “insitucionalidad”. Presentarse a un concurso y tener méritos para ganarlo y haberlo ganado, es lo que ustedes llaman “meritrocracia”.

Manifestamos también nuestro profundo rechazo a la campaña sucia que por las redes sociales se está haciendo en nuestra contra, tratando de hacernos aparecer como “ñoquis” y “militantes”. Independientemente de las ideologías que defienden cada uno de nosotros, que son muy diversas y variadas, nuestra discusión acá es por la ciencia en Argentina, y por ser reconocidos y valorados por ustedes, señor ministro y señor presidente, tanto como lo estamos siendo por la comunidad científica nacional e internacional, y por la sociedad Argentina en su conjunto. 

Gracias a esta situación nos hemos conocido. Nos hemos reconocido. Siendo un grupo tan fragmentado en regiones, en disciplinas, en ideas, esta lucha nos ha unido. Estamos juntos. Y estamos abiertos a escuchar propuestas que sean racionales y fundamentadas, y que no coloquen a ninguno de nosotros en una situación de injusticia y vulnerabilidad.

Atentamente, 

Los 500.