El vocero presidencial se quedó de una pieza cuando en la conferencia de prensa una periodista española le pidió que se explayara sobre el peligro que conlleva para las mujeres de ese país la inmigración, como sostenía el vergonzoso comunicado del gobierno argentino.

Arrinconado y muerto de vergüenza, Adorni ensayó una serie de razonamientos vacíos y se escabulló rápido ante la mirada de los periodistas.